¿CÓMO TE CAMBIA LA VIDA INSTAGRAM?
El video en cuestión se resume en una simulación de diferentes personas que mantienen una conversación con su Instagram, la cual está dividida en diferentes niveles que van en aumento.
En primer lugar podemos ver como una chica está revisando su teléfono cuando de repente le pregunta a Instagram si es guapa, a lo que este le responde que por supuesto, y hace una evaluación del mismo de acuerdo a los "likes" que podría tener si subiera una foto a su perfil de Instagram. La respuesta no agrada a la chica, ya que según ella son pocos, entonces Instagram le ofrece una solución, hacerse cirugías estéticas para así ser más del agrado de las personas que la vean por las redes y obtener más likes.
Fuente: pixabay |
Llegamos al nivel 2, en el que un chico le pide opinión sobre la ropa que lleva puesta a Instagram, quien critica que no sabe combinar los colores ni de su ropa ni del interior de su casa, y que le vendría bien un cambio para que todo fuera más llamativo y consiga más likes, sin tener en cuenta, por supuesto, el coste económico que supondría llevar a cabo esa acción, factor que pasa a segundo plano al instante.
El nivel 3 abarca la gastronomía que puede mostrarse en las redes, porque ¿quién no ha fotografiado o subido a Instagram alguna vez un plato que te haya encantado o que simplemente te haya llamado la atención su presentación?. Pues bien, aquí ya no importa si el plato te gusta o no, si es bueno para tu salud o no, sino el hecho de que muestres que comes variado, caro, sano., exótico...
En el nivel 4 nos desplazamos al ámbito turístico. Cuando viajamos solemos fotografiar muchos de los objetos, paisajes o monumentos que vamos viendo con el fin de llevarnos un recuerdo de aquello que al verlo nos hizo disfrutar. Como no podía ser menos, Instagram insiste en recopilar todas las fotos que se puedan, sin tener en cuenta el interés que tenga el individuo sobre esas fotografías.
Por último llegamos al nivel 5, en el que se ve el sufrimiento de una madre que está a punto de dar a luz y la emoción de un padre que apoya a su pareja a pasar el mal trago. Al principio podríamos pensar que es una situación bastante normal y aceptable, sin embargo, al final puede verse como la única preocupación de la mujer no es ni su salud ni la de su propio hijo, sino la opinión de Instagram y la calidad del acto de cara a las redes.
Fuente: maxpixel |
Tras analizar estas cinco situaciones el mensaje está muy claro, y es que muchas veces caemos en el error de subordinarnos ante el efecto que causan las redes sociales como Instagram, que hacen que nos obsesionemos con tener el mejor físico, publicar las mejores fotos, vivir las experiencias más increíbles o presumir de la ropa más cara.
Todos estos ejemplos tienen un coste que se ve muy bien reflejado en el video que os muestro, pues al final de cada nivel se repite una oración (en diferentes ámbitos) que me gustaría destacar:
Fuente: pxhere |
Hola Laura!
ResponderEliminarLo cierto es que la mayoría de nosotros somos conscientes del daño que conlleva estar sometidos/as constantemente a la presión que genera una red social; ya sea por la importancia dada a los likes, a los cánones de belleza a seguir, al número de seguidores (popularidad)... Todo ello influye en nuestra autoestima, pero no solo con eso, dicha presión también contribuye a que dejemos de disfrutar de nuestro entorno y de nosotros mismos, haciendo que estemos más implicados en dar uso a la propia red, que en vivenciar determinadas experiencias.
¿Cuándo comenzaremos a ser honestos con nosotros mismos? ¿Podremos hacer frente a esta problemática, viviendo en una sociedad cada vez más expuesta a las redes sociales?
¡Hola Marta! Concuerdo contigo en todo lo que dices. Ciertamente todos sabemos que las redes sociales no son todo lo sanas que nos gustaría, y que además de ser un medio de entretenimiento, pueden resultar peligrosas si son usadas en exceso o si nos creemos todo lo que vemos en ellas. Yo pienso que cada uno debe aportar su granito de arena para que las redes sociales sean más seguras y no creen esa dependencia emocional de la que hablamos.
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