CRÍTICA UNA VEZ MÁS

¡Buenas! Esta semana vuelvo a ejercer como crítica y os hablaré sobre un término un tanto curioso que tiene un trasfondo polémico. Se trata del Efecto Halo, uno de los sesgos cognitivos más conocidos de la psicología. Probablemente algunas/os de vosotras/os conozcáis la tendencia de generalizar cómo es una persona o cualquier otra cosa a partir de una sola característica. Por ejemplo, cuando conocemos a una persona muy atractiva solemos atribuirle muchas otras cualidades positivas (de forma inconsciente) y pensamos que también será amable, generosa, sincera, responsable, inteligente, etc. Acabamos generando la forma de ser al completo de una persona que no conocemos únicamente por un atributo físico que, obviamente, no tiene nada que ver con el resto de características que posea.

Fuente: pixabay
Este concepto fue acuñado en 1920 por el psicólogo Edward Thorndike a partir de sus investigaciones con el ejército. Observó que los oficiales valoraban a sus subordinados a partir de una característica, de un solo rasgo observado. Una valoración de un rasgo de manera alta provocaba que la media de los demás aumentase, mientras que una valoración negativa de otro hacia que la media disminuyese.

Este efecto puede ocurrir con cualquier cualidad, sin embargo, suele darse con el aspecto físico, pues es la primera información que recibimos de las personas a simple vista. Esta predisposición del ser humano de juzgar algo sin conocer realmente su totalidad o de generar conclusiones formadas subjetivamente y creer que son ciertas es una costumbre muy perjudicial, puesto que no se puede "juzgar a un libro por su portada" ya que al  final puede sorprendernos.
Yo pienso que las primeras impresiones son importantes, pero insuficientes para saber cómo es algo o alguien. Si no fuera porque nos importa la opinión de los demás probablemente seriamos seres mucho más conformistas, ya que la mayoría de cosas que hacemos, decimos o pensamos es por y para sentirnos aprobados socialmente, o también para destacar entre tantos individuos parecidos. Esto no quiere decir que sea algo positivo, ya que sabemos lo perjudicial que es vivir bajo la presión e influencia que ejercen las diferentes opiniones con las que convivimos día a día, pero es cierto que al no poder eliminar esa tendencia de nuestro cerebro hay que aprender a gestionarla adecuadamente.

Esto hay que saber hacerlo para no caer en las trampas del marketing,  por ejemplo, que saca beneficio de este peculiar sesgo. El impulso humano por comprar antes un producto anunciado por una persona guapa que por otra que no lo es para los ojos de la sociedad está científicamente comprobado que es verdadero. Se construye una suposición de que lo bonito va a ser bueno, al igual que pasa con las cualidades en las personas, por lo que esa belleza está totalmente modificada y calculada para que nos atraiga. Suele utilizarse para anunciar productos de belleza en la televisión, ropa en revistas, películas en el cine, etc.

Es muy injusto que el físico, es este caso, sea lo primero que nos defina o nos haga destacar. Es cierto que para establecer relaciones amorosas, por ejemplo, solemos guiarnos primeramente por el físico porque es lo primero que percibimos. Sin embargo, los lazos sentimentales no se crean a partir de eso, sino por la forma de ser y tratar a los demás. Como se suele decir: "el físico atrae pero la personalidad enamora". Además no solo afecta en este tipo de relaciones, sino que incluso puede llegar al ámbito laboral. El primer contacto que una persona tiene al ser entrevistada para acceder a un oficio es muy importante, ya que de ahí se obtendrá un perfil general del entrevistado. No causa la misma impresión una persona atractiva que vista ropa cara que otra más normal tanto física como económicamente, aunque como he mencionado anteriormente, no tiene por qué haber relación entre el aspecto físico y la capacidad para ejercer en un trabajo. 

En el siguiente vídeo podéis ver de manera más clara lo que conlleva verdaderamente el efecto halo, mediante un experimento acerca de lo que piensan algunas personas de otras solo por ver una foto.

Los estándares de belleza que se generan con este tipo de actos son muy altos y no todas las personas sienten estar dentro de ellos, y por supuesto no es necesario estarlo, pero esto produce un sentimiento de malestar e insuficiencia increíble. La autoestima es algo que debemos trabajar porque vivimos rodeados de estereotipos que nos vemos obligados a cumplir, ya sea por costumbre o porque lo hacemos de forma inconsciente y al mismo tiempo tratamos de agradar a las personas.

Por último y a modo de conclusión me gustaría decir que espero haber generado cierto nivel de conciencia y pensamiento crítico acerca de este tema tan complejo y arraigado. Los prejuicios deben ir eliminándose de nuestro subconsciente, ya que es imposible dejar de generalizar al conocer a una persona. Lo malo no es hacerlo (que también), sino quedarnos únicamente con esa primera sensación que nos transmitieron. Hay que darle la oportunidad a las personas de mostrarse tal y como son, y no modificando su forma de ser para que sean más agradable o encajen mejor socialmente. Los seres humanos somos unos distintos a otros; cada uno con sus pros y sus contras, con sus similitudes y sus diferencias, con su sistema de pensamientos, creencias e ideología... pero eso no hace que podamos juzgar y hacer sentir mal a los demás por unos simples constructos sociales que hay que ir rompiendo.

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